Corría los últimos días de julio de este extraño año que acaba de terminar, y un calor abrasador empezó a sobre cogernos, no era normal. A medida que pasaba la tarde empezaron a oírse sirenas y empezamos a ver helicópteros sobre volar la playa de Mojacar. Yo como persona de campo que soy pensé, que era mas el ruido que las nueces, y que la gente se asusta muy pronto.
Corrían las ocho de la tarde cuando la cosa se empezó a poner fea, pero mas por la desesperación de la gente que por lo que pasaba en realidad. Empezaron a evacuar a la gente y concretamente mi urbanizacion fue la primera, yo como persona que no da su brazo a torcer me negué a irme, y al final como yo pensaba, no paso nada, porque el monte que existe aquí en Mojacar, es monte bajo todo.
La verdad que el paisaje de los días siguientes era desolador,contrastaba el bullicio de la gente en la playa con un paisaje bucólico, con la desolación de la montaña. Pero el monte bajo y pobre, acostumbrado a vivir en las condiciones mas adversas, es el mas propicio a regenerarse, como las personas, cuanto mas adversas son nuestras circunstancias, mas fuertes nos hacemos y antes sabremos reponernos.
Que pena que no tengo imágenes de como quedo todo después del incendio, pero después de un verano seco y caluroso y sin haber caído una gota de agua, estos eran los brotes que empezaban a salir en el mes de noviembre, imaginaros como serán en febrero.
El años ha sido duro, mas para algunos que para otros, pero siempre hay lugar para la esperanza, porque por adversas que sean las circunstancias, siempre habrá una reserva para que salgamos adelante y entonces seremos mas fuertes, como estas pequeñas matas que antes del incendio solo eran pasto, ahora serán un bonito arbusto
FELIZ AÑO A TODOS
Con ella nunca he hecho un pacto porque yo nunca lo cumpliria, pero si consigue a veces que yo intente encontrar esa armonía que tanto hace falta en mi vida.
